40 años de ser feliz

La felicidad real es acompañada no solo por grandes sonrisas, también incluye a las lágrimas que nos hacen valorarla siempre. KL

Noviembre 16 de 2017

 

Querido Carlos de la infancia:

 

Miro en el pasillo de mis recuerdos y ahí te asomas temeroso, aún con esa mirada soñadora que conserva la esperanza de crecer rápidamente para ayudar más a mamá. Te recuerdo cuidando a tus hermanos menores, y jamás olvido la forma que usabas para vender tus dulces en las oficinas que visitabas cuando tenías nueve años;  era algo así: “Buenos días (señor/señora/joven/señorita) disculpe la molestia por interrumpir; de casualidad no gusta comprar un dulce, por favor”; ¡vaya que era larga tu forma de vender!

 

Te escribe tu “yo del futuro”, mañana cumpliremos 40 años de vida, y necesito escribirte esta carta para contarte de asuntos que te preocupaban cuando eras un niño. Primero que nada, prepárate, papá falleció el año pasado, no lo esperes cada viernes… él prácticamente ya no regresó a casa, lo viste si acaso unas 9 veces más en tu vida, pero quédate tranquilo, además de esperarlo, también lo buscaste un tiempo; también, te adelanto algo maravilloso, ¡eres padre, y adoras a tu hijo! ¿Recuerdas aquél amigo imaginario que llegó de Emmoriel a tus sueños cuando tenías 6 años? ¡Sí, Kael! Bueno, pues le has dado ese nombre a tu bebé. Sé que debe ser algo fuerte que te diga esto siendo tú un niño, pero… Ese amigo imaginario, hoy es tu hijo,¡es de carne y hueso!

 

 Los juegos que usabas para entretener a tus hermanos (rey cochinón y otros) ¿recuerdas? Bueno, eso que hacías se llama actuación, y lo vives profesionalmente, me emociona demasiado informarte que aquella voz por la que corrías a la Elektra de la esquina de la primaria para escucharla en “Los Años Maravillosos”, hoy la conoces e incluso son compañeros de trabajo ¡Ah! no es Dios, se llama Mario Castañeda; y lo que hace se llama Doblaje de Voz. Trabajas en ello y hasta ahora (mis 40)  llevas más de ocho años en ello.

 

Te puedo decir que de ese pizarrón verde que tenía tu hermana, y del cual jugabas a dar clase, lo sigues haciendo, pero ahora frente a estudiantes de dos universidades. Trabajas en la UNAM y en UVM, y bueno, estúdiale mucho por ahí de los 18 para que no tengas que hacer el examen de admisión 4 veces; sí, te quedaste al cuarto intento pero gastos son gastos. Eso sí, mamá no dejó que te quedarás sin estudiar y terminarás una carrera técnica como programador analista. ¡Ah! Tampoco dejó que fueras sacerdote, algo que tu yo del futuro lo agradece, créeme, tú también lo harás.

 

Cuando crezcas y quieras estudiar arte dramático, y mami no te deje porque teme por tu futuro,  hazle saber que no debe tener miedo, que debe confiar más en ti. Mira, yo le hice caso, al principio fue difícil pero siempre entendí que lo decía por una razón de preocupación y amor, y aunque al principio se opuso, te comparto con alegría que después se volvió nuestra fan y porrista número 1.

 

Tendrás grandes amores, y sí… prepara tu coraza para que los golpes del corazón no duelan tanto, te casarás por la iglesia, después dejarás de creer en ella. Te divorciarás, pero no morirás, la vida te llevará a una mujer maravillosa que hoy es la madre de tu hermoso Kael.  Eso sí, cada uno de tus amores te hará crecer, y jamás le ofendas a la vida por ponerlas en tu camino, la vida será maravillosa con nosotros.

 

¿Recuerdas que mamá siempre nos dijo que la única herencia que podría dejarnos era la educación? ¿Pues qué crees? ¡Es verdad! Dejarás de vender (quesadillas, tamales, dulces, perfumes, bacalao noruego) Dejarás de trabajar en zapaterías, fondas, o en la peluquería limpiando los hombros de los señores, y por fin tendrás tiempos vacacionales. ¡Mamá no mentía! Eso sí, no olvides el sacrificio que mamá ha hecho con tanto trabajo, se ha dedicado a ti y tus hermanos, en cuerpo y alma. Pero hasta aquí, habrá valido  la pena.

 

Serás un hombre exitoso a tus 40, pero no del éxito que te venden las empresas o una amplia parte de la sociedad, ¡no! Tú serás exitoso porque te mantendrás pensando que no viniste a competir con nadie, sino a cumplir y vivir tus sueños, buscarás sentirte bien y feliz, dejarás con vida a tu amigo imaginario, tendrás tu propio departamento y una familia con dos gatitas, a tus 40, aún disfrutas a mamá como niño. Tendrás amigos de verdad que te admiran, te quieren y respetan; Eso sí, tal vez haya gente a la que no le simpatices, te adelanto que hasta ahora solo sé de una, pero habrá un momento en que tendrás el valor de ya no permitir que te afecte, es decir, te quitarás el miedo; y no dejarás que te siga afectando, seguirás viviendo sin guardar rencor a nadie. Seguirás escribiendo, imaginando, sintiendo.

 

Así que, mi querido yo de la infancia, hoy que cumplimos 40 años, te puedo decir que seguirás siendo feliz, que seguirás creyendo en la magia, en el amor, y que Dios ahora es para ti toda expresión de energía, que el Universo es para nosotros la amada fuerza creadora, nuestro dios y diosa.

 

Tal vez te feliciten varias personas, pero antes quería felicitarte yo (a mí mismo de la infancia) porque nos hemos mantenido intactos en nuestro sueño: SER FELICES. Querido yo… ¡lo somos, y eso es para nosotros  ser exitoso!

 

Así que cuando te pregunten qué quieres ser de grande, y respondas que “ser feliz”, no te sientas tonto, lo vas a ser, y eso es lo importante.

 

Con auto-amor

 

Kael Pineda

 

(Ahora nos conocen más con este nombre, llegará algo llamado Facebook, pero eso ya es otra historia)